Xataka – Hay quien está intentando conectar una GTX 1080 a una Raspberry Pi por el mero hecho de conseguirlo

Las Raspberry Pi son miniPCs maravillosos, pero también son modestos y limitados. Eso es al menos lo que parece hasta que llega alguien que trata de desafiar los límites de la tecnología y hacer cosas que teóricamente un dispositivo nunca podría hacer.

Es lo que está intentando Jeff Geerling, que desde hace tiempo trata de averiguar la forma de conectar tarjetas gráficas como la GTX 1080 a un Raspberry Pi Compute Module 4. De momento no está teniendo éxito, pero su esfuerzo es singular y hay ciertas opciones de que acabe consiguiéndolo.

Las tarjetas gráficas no funcionan de momento, pero otras tarjetas PCIe sí

Geerling descubrió que las Raspberry Pi Compute Module 4 cuentan con una ranura accesible para tarjetas PCIe, y aunque esa opción está limitada a una interfaz 1x de una pista PCIe (cuando las tarjetas gráficas suelen conectarse a ranuras 16x), es posible teóricamente aprovecharla para conectar una tarjeta gráfica a este pequeño miniPC.

¿Para qué, os preguntaréis? Según Geerling, la idea sería por ejemplo aprovechar su potencia para juegos, renderizado, CUDA o incluso minería de criptodivisas.

El caso es que este desarrollador —y no es el único— se puso manos a la obra y lleva tiempo tratando de conectar varias tarjetas gráficas aprovechando ese conector PCIe. La última ha sido nada menos que una GTX 1080.

Para ello trata de aprovechar los controladores de NVIDIA, tanto los propietarios como ese esfuerzo Open Source llamado Nouveau, y aunque logra pequeños avances, no ha conseguido de momento hacer funcionar de forma correcta una tarjeta gráfica externa en el pequeño módulo de Raspberry Pi Compute Module 4.

Eso no significa que no vaya a conseguirlo, y desde luego por intentarlo que no quede: Geerling no solo ha probado varias tarjetas gráficas, sino también otros tipos de periféricos PCIe como tarjetas USB, adaptadores M.2 NVMe o tarjetas de red, y ha tenido éxito a la hora de aprovechar algunas de ellas.

Ese esfuerzo está logrando crear una interesante base de datos con esos periféricos que ha podido hacer funcionar y que por tanto plantean nuevas formas de aprovechar la Raspberry Pi, un producto que creíamos más limitado pero que atención, resulta que puede dar más juego (y nunca mejor dicho) del que parecía.


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Hay quien está intentando conectar una GTX 1080 a una Raspberry Pi por el mero hecho de conseguirlo

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Javier Pastor

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