Uno de los Mi 11 saca pecho con diferencia, o mejor dicho, espalda. En el análisis del Xiaomi Mi 11 Ultra hemos estado probando a la joya de la corona de este año de Xiaomi, al menos en el que llevamos, que en esta ocasión si ha llegado a España.
Se trata del buque insignia por excelencia, reuniendo las características más ambiciosas que vemos en los móviles de la marca y superando los 1.000 euros, a diferencia de otros Mi 11 de gama alta como el Xiaomi Mi 11. Su característica más llamativa: una pantalla secundaria en la parte trasera que nos hemos encargado de exprimir a fondo en esta reseña. Os lo contamos.
Ficha técnica del Xiaomi Mi 11 Ultra
Xiaomi Mi 11 Ultra
PANTALLA
6,81” WQHD+, 120 Hz, 480 Hz táctil
10-bit AMOLED E4, 515 ppp
1.550 nits, HDR10+, MEMC
Gorilla Glass Victus
Pantalla AMOLED 1,1″ secundaria trasera
PROCESADOR
Snapdragon 888
RAM
8/12 GB LPDDR5
ALMACENAMIENTO
128/256/512 GB UFS 3.1
Cámaras traseras
50 MP (1/1,12”)8P, OIS, f/1.95
Gran angular IMX586 48MP, 128º, f/2.2
Telemacro IMX586 48MP, 5x óptico, 120x digital
Cámara frontal
20 MP, 78º, f/2.2
Batería
5.000 mAh + carga rápida de 67 W
Carga inalámbrica 67W, carga inversa 10W
SISTEMA OPERATIVO
Android 11 + MIUI 12 (actualizable a MIUI 12.5)
CONECTIVIDAD
WiFi 6E, Bluetooth 5.2, 5G, NFC
Dimensiones y peso
164,3 x 74,6 x 8,38 mm
234 g
OTROS
Altavoces estéreo Harman Kardon, certificación IP68, cuerpo de cerámica
PRECIO
Xiaomi Mi 11 Ultra
12 GB+256 GB, Blanco cerámico
Diseño: la extraña fusión de la sofisticación con lo «marciano»
Al sostener por primera vez al Mi 11 Ultra nos recuerda más al Xiaomi Mi MIX 3 que al Mi 11, por tener un acabado reflectante y habernos tocado el color oscuro (una pena con los ojillos que nos hacía el blanco, esta vez). Aunque lo que echamos de menos es que la trasera no sea tan charol y proclive a ensuciarse.
Desde el principio nos parece un móvil grande y pesado, y no es para menos sobre todo con esos 234 gramos, en la línea de los 238 gramos del ASUS RPG Phone 5. Eso sí, de superficie es exactamente igual que el Mi 11, siendo sólo algo más grueso y pesado.
Altura (milímetros)
Anchura (milímetros)
Grosor (milímetros)
Peso (gramos)
Pantalla (pulgadas)
Batería
Superficie (cm2)
Volumen (cc)
Xiaomi Mi 11 Utra
164,3
74,6
8,38
234
6,81
5.000
122,57
102,71
Xiaomi Mi 11
164,3
74,6
8,06
196
6,81
4.600
122,57
98,79
Samsung Galaxy S21 Ultra
165,1
75,6
8,9
228
6,8
5.000
124,82
111,09
Sony Xperia 1 II
165,1
71,1
7,6
181,4
6,5
4.000
117,39
89,21
Huawei P40 Pro
158,2
72,6
8,95
209
6,58
4.200
114,85
102,79
LG Velvet 5G
167,08
74
7,85
180
6,8
4.300
123,58
97,0103
Motorola Edge
161,4
71,1
9,29
188
6,7
4.500
114,75
106,60
OnePlus 8 Pro
165,3
74,35
8,5
199
6,78
4.510
122,9
104,47
iPhone 12 Pro Max
160,8
78,1
7,39
228
6,7
3.687
125,59
92,81
De hecho, pese a nuestras sensaciones es menos voluminoso que el Samsung Galaxy S21 Ultra, por lo que la percepción de «es lo más grande que he probado este año» es engañosa y probablemente la hayamos tenido por el peso, que sí es casi de récord. De ahí que, aunque sea un móvil de agarre cómodo, puede llegar a cansarnos si estamos mucho rato con él (por ejemplo, viendo una película o una serie).
Eso sí, la curvatura que tienen los bordes favorecen que el agarre sea cómodo. No llega a ser resbaladizo en exceso pero sí lo es más que el Mi 11 o los móviles con acabado mate como el Mi 11, pero de todos modos se incluye una funda que evita el problema (además de proteger la parte trasera).
Tanto pantalla como trasera se curvan (de manera más pronunciada la pantalla) y se unen en el marco metálico, plano en los extremos superior e inferior y más delgado en los laterales, albergando los botones físicos en el derecho.
La bandeja de la SIM está en el borde inferior, junto con uno de los altavoces y el USB tipo C. No hay minijack, pero se entrega un adaptador a USB tipo C y un detalle es que no han incorporado el altavoz secundario en el frontal, sino que está en el borde superior. Esto quizás sea sobre todo para que el sonido no quede obstaculizado teniendo el móvil boca abajo (para ver la pantalla secundaria).
Hablando de esto, la trasera es única en su especie. Llamativa, exagerada, extrema, sofisticada, marciana. La verdadera atracción del terminal cuando está en nuestras manos.
Del uso de la pantalla secundaria hablaremos más adelante (en los apartados de software y fotografía), pero podemos decir que el módulo que la incluye ocupa casi todo el ancho de la parte trasera y agrupa tanto las tres cámaras como el flash. Lo bueno: con la funda quedan los laterales protegidos y al ser céntrico no hay balanceo. Lo no tan bueno: es enorme, difícil no tocarlo y ensuciarlo con los dedos sin querer.
El módulo sobresale muchísimo, unos 2,68 milímetros. Tiene un acabado muy anguloso, pero aunque solamos apoyar un poco los dedos en él no molesta. Eso sí, para evitar hacerlo tendremos que acostumbrarnos a cambiar el agarre cuando lo usamos en orientación horizontal.
En la parte frontal vemos esa pantalla con curvatura, tal y como decíamos, bastante exagerada pero estrecha, de modo que más o menos se pronuncia sobre el marco efectivo de la pantalla. La cámara frontal asoma por un agujero en la parte izquierda, bastante pequeño y discreto.
En general se trata de un móvil que entremezcla unos acabados que transmiten sobriedad y lujo con ese toque histriónico del módulo con la pantalla secundaria. La ergonomía se ve afectada por el peso y la ubicación del módulo, pero es cómodo (sobre todo en vertical) y transmite sensación de robustez, de una construcción de calidad. Una lástima que se ensucie tan fácilmente, eso sí.
Pantalla: buen rendimiento combinado con múltiples opciones
Xiaomi decidió dar el salto a la resolución de un verdadero gama alta, aunque sólo en parte de ellos. Mientras el Mi 11 quedaba en FullHD+, aquí vemos un AMOLED E4 de 6,81 pulgadas con resolución WQHD+.
Interesantes añadidos también los de que soporte HDR10+, el color 10-bit y que tenga un brillo pico de 1.550 nits, aunque sin llegar a este valor ya es suficiente para que la pantalla se vea bien en las condiciones más complicadas en este sentido. El ajuste de brillo automático, por cierto, funciona bastante bien, aunque suele quedar algo por encima de lo necesario.
Con esa resolución son 515 píxeles por pulgada, una cifra que se traduce en una muy buena experiencia a nivel de nitidez, ayudada por una buena dosis de contraste y una calibración aceptable. Aunque podremos ajustar muchos parámetros si vamos a los ajustes de pantalla.
El panel viene en los Xiaomi siempre algo sobresaturado y ésta no fue una excepción, pero podemos ir al apartado «esquema de colores» para seleccionar «color original», de manera que tendremos un color menos saturado y más agradable. No obstante, en «ajustes avanzados» podemos ir a un detalle tremendo en la configuración, algo que no es nuevo pero que merece ser puesto en valor al poder ajustar perfil de color, balance de blancos, saturación, contraste, gamma, valor y tono.
Además de poder seleccionar resolución FullHD+ o WQHD+, de manera independiente podremos seleccionar la tasa de refresco máxima. En el Mi 11 Ultra vemos hasta 120 Hz, que sin ser lo máximo que vemos en el mercado está muy bien, y una tasa de refresco táctil de 480 Hz.
En el apartado de autonomía hablaremos de si hay diferencias entre dejarlo a 60 Hz o a 120 Hz, pero con lo que respecta a la experiencia nos compensará especialmente si jugamos a juegos compatibles. En general se nota un plus de fluidez que está siempre muy bien, pero a 60 Hz tampoco va especialmente lento.
¿Y las curvas? Las curvas siguen sin ser un aliciente funcional. Son un recurso estético que gustará más o menos, pero al menos en MIUI podemos elegir la zona anti-toques accidentales, y lo cierto es que como escudo ante éstos funciona muy bien. Nos pasa lo de siempre: por las veces que nos es incómoda (por ejemplo, al interaccionar con cursores o elementos próximos al borde, como el control de reproducción de YouTube) pensamos que no compensa, pero al menos el software evita que sea un problema continuo.
Esta vez, además, al ser tan pronunciadas se minimiza un poco más el sombreado. Haberlo haylo, pero no es tan evidente viendo el móvil frontalmente, sino más bien exagerando el ángulo.
En cuanto al aprovechamiento del frontal, por un lado tenemos la navegación de gestos (por fin llamada «navegación del sistema», ¡albricias!), que permite que no haya nada ocupando superficie y que sea todo interfaz de la app o el sistema. Por otro tenemos el agujero de la cámara frontal, que si bien es bastante pequeño (un diámetro de unos 3,42 milímetros) está bastante separado del borde superior (muy fino, probablemente no sea posible acercar más la cámara por la estructura interna) y la barra queda muy alta, de unos 6,90 milímetros, con lo que el texto queda algo «disperso» visualmente.
No obstante, la sensación todo pantalla está lograda por la conjunción de elementos y el diseño, viendo casi una simetría total de los marcos. El inferior es apenas más ancho que el superior, pero a primera vista nos podría parecer que son todos simétricos y al final la experiencia es la de tener una buena pantalla sin apenas marco.
Rendimiento: caliente, caliente
Como cabría pensar, la joya de la corona de Xiaomi va con el procesador más potente de Qualcomm hasta la fecha: el Snapdragon 888. Un chip que además le da soporte 5G y que en este caso viene con 12 GB de RAM, que sin tampoco ser la máxima RAM que vemos ahora mismo en Android nos ha resultado más que suficiente para todo.
Hemos podido probar todo tipo de apps, especialmente videojuegos, cámara y multimedia, y el Xiaomi Mi 11 Ultra ha podido sin titubear. El rendimiento es más que suficiente y el hardware sin duda no es ningún cuello de botella.
Sí nos parece que no tarda demasiado en calentarse, aunque normalmente se disipa bastante pronto. Lo hemos notado especialmente con juegos de exigencia gráfica (como el ‘Real Racing 3’ o los menús del ‘PUBG’), y sobre todo al usar la pantalla secundaria para fotografía. Ahí es cuando más caliente lo hemos notado con diferencia.
Como es habitual, os dejamos el resultado de los benchmarks pasados al Mi 11 Ultra con otros móviles de configuración similar.
Xiaomi Mi 11 Ultra
Xiaomi Mi 11
Samsung Galaxy S21 Ultra
OnePlus 8 Pro
Huawei P40 Pro
ASUS ROG Phone 3
iPhone 12 Pro
PROCESADOR
Snapdragon 888
Snapdragon 888
Exynos 2100
Snapdragon 865
Kirin 990
Snapdragon 856+
Apple A14 Bionic
RAM
12 GB
8 GB
12 GB
12 GB
8 GB
8 GB
6 GB
GEEKBENCH 5 (SINGLE/MULTI)
1.127 / 3.663
1.127 / 3.754
991 / 3.272
885 / 3.136
943 / 2.527
900 / 3.296
1.614 / 4.148
3D MARK (SLING SHOT)
(Maxed out)
(Maxed out)
9.226
9.448
8.726
8.747
–
PCMARK WORK
11.691
13.030
14.043
13.414
9.476
12.656
–
Software: una pantalla extra con pocas opciones a la sombra de una gran personalización
MIUI 12.5 se resiste y por ahora sólo ha llegado al Xiaomi REdmi Note 10S, así que para el Mi 11 Ultra una vez más hablamos de MIUI 12.0.6 sobre Android 11. De la capa hemos hablado en repetidas ocasiones con los móviles Xiaomi que hemos analizado, especialmente los más recientes, pero vamos a dar algunas pinceladas sobre el software igualmente.
La capa llega con algunas apps de terceros que podemos borrar y con utilidades propias que podremos eliminar o no según el caso. Es una carpeta entera de apps como Facebook, Amazon, LinkedIn o Booking que no es nada necesario como kit de bienvenida, la verdad.
Dejando esto a un lado, la personalización de MIUI es uno de sus fuertes. Hemos ya mostrado el alto grado de ajuste de la pantalla, viendo que hay hasta cuatro apartados en los ajustes del sistema para poder amoldarla a nuestro gusto (pantalla, pantalla de inicio, pantalla siempre activa y fondo de pantalla).
Los ajustes generales tienen la disposición clásica de MIUI, que no es la más intuitiva, pero poco a poco vamos viendo que lo que no era tan sencillo de encontrar va siendo más accesible. Será interesante para nuevos usuarios darse un paseo por este menú para, sobre todo, estar al tanto de las funciones más específicas de este móvil, como la limpieza «mecánica» del altavoz, la medición del ritmo cardíaco, las herramientas de vídeo (de la reproducción) o el Game Turbo.
Precisamente en el apartado «Funciones especiales» encontramos los ajustes para la pantalla secundaria. Se trata de un pequeño AMOLED de 1,1 pulgadas que básicamente sirve como indicador de la hora, el estado de la batería y de que tenemos una notificación sin leer a modo de pantalla ambiente, además de la que diríamos que es su función estrella: ser un espejo para los selfies.
La configuración es más bien escueta: podremos activarla más o menos como la pantalla ambiente, para que aparezca con un doble toque o bien en cuanto colocamos el móvil boca abajo. De hecho, la elección de temas y colores es muy parecida a la que vemos para la pantalla ambiente tal cual.
Lo que no nos ha acabado de funcionar bien ha sido la parte de las notificaciones. Sólo nos ha indicado que había notificaciones sin leer con los SMS (algo además bastante anecdótico y que ni siquiera teníamos pensado recibir). Cuando hay una notificación en teoría aparece un punto rojo a modo de LED indicador y hay una opción para ver el contenido, pero ni con Telegram, ni Slack, ni con el correo electrónico hemos podido verlo, entre otras apps.
Sí funciona muy bien para el control multimedia de la reproducción, por ejemplo de Spotify. Aparece la miniatura del tema, que sirve de botón de play/pause, y dos botones para pasar o retroceder de canción.
Por todo lo demás, hablando del software en general vemos una MIUI completa y relativamente estable. En otros móviles con hardware menos potente sí hemos experimentado algún lag del que aquí no hemos visto rastro, pero sí hemos tenido algunos cierres inesperados con apps como Twitter o Telegram. Veremos si 12.5 es la versión que vuelve a MIUI a su pasado de fluidez y estabilidad sin excepciones.
Lo que no sigue sobrando es el escaneo de apps, algo que se activa de fábrica y que supone una plataforma de colocación de anuncios, y esta misma publicidad. Solemos desactivar todo lo relacionado y no nos aparece, pero es algo que puede empeorar la experiencia y que no vemos en la mayoría de capas.
Biometría
El reconocimiento facial del Xiaomi Mi 11 Ultra es estándar, recurriendo a la cámara frontal y sin más sensores asociados, pero la experiencia es muy buena con él. Es tan eficiente que no requiere estar completamente frente a nosotros y en alguna ocasión se nos ha activado por sorpresa, de camino a hacerlo (por así decirlo). La única limitación es que no funciona con luz muy baja o en la oscuridad, pero por lo demás muy bien.
La lectura de huellas también suele trabajar bien, aunque debido a lo que hemos explicado casi queda en el olvido al recurrir al reconocimiento facial. No obstante, hablando del rendimiento es muy bueno y no es demasiado exigente en cuanto a la superficie necesaria para la lectura, aunque cuando el ángulo es un poco mayor (del dedo con la pantalla) quizás nos cueste un segundo intento.
En este caso, además, Xiaomi estrena función: el ritmo cardíaco. Hemos probado con el Apple Watch Series 6 y contándolo con nuestro propio tacto y el resultado era bastante aproximado (más cercano el del Apple Watch casi siempre, pero la diferencia era de unos 3-4 latidos por minuto). Así que aunque esta función no sea algo a tomar como referencia a nivel médico ni mucho menos, sí parece que el lector de huellas puede hacer un recuento aproximado.
Cámaras: por el buen camino en especificaciones y un poco en procesado
El Mi 11 Ultra puede carraspear bien a gusto a nivel de cámaras frente a sus compañeros de serie, ya que haciendo honor a su apellido en este móvil vemos la apuesta más destacada en cuanto a fotografía de los Mi 11 que llevamos hasta la fecha. Estrena el sensor ISOCELL GN2 que vemos en la cámara principal y mantiene el zoom de 120x (digital) que presentaba ya el Xiaomi Mi 10 Ultra, completándose así el esquema de cámaras:
Sensor principal de 50 megapíxeles (1/1,12 pulgadas) de 50 megapíxeles, con estabilización óptica de imagen y lente con apertura f/1.95.
Ultra gran angular con un sensor Sony IMX586 de 48 megapíxeles (1/2 pulgadas) con lente con apertura f/2.2 y 128 grados de campo de visión.
Teleobjetivo con sensor Sony IMX586 de 48 megapíxeles (1/2 pulgada) con estabilización óptica y zoom óptico de hasta 5x (digital hasta 120x).
Cámara frontal con sensor de 20 megapíxeles (1/3,4 pulgadas) con lente con apertura f/2.2.
Se mantiene el vídeo 8K para la cámara trasera, con la particularidad de que es posible con cualquiera de las tres cámaras (sin poder cambiar en la misma toma, como veremos en la revisión del vídeo). También funciones como el modo noche, los efectos de película o el modo de exposición prolongada. Vemos cómo está todo colocado repasando la app de cámara.
App de cámara
La app de cámara de MIUI se mantiene tal y como hemos visto últimamente con las adaptaciones para la pantalla secundaria (que es tan sólo un acceso directo), así que la comentaremos y mostraremos brevemente. Es una app que nos gusta bastante por lo versátil y deductiva que es, aunque hay algunos aspectos que aún no acabamos de entender.
En la interfaz principal vemos los accesos directos a HDR, AI, los efectos, el flash, Google Lens y el menú de hamburguesa con más opciones. Es ahí donde encontramos el disparo macro (en vez de con el resto de modos) y la activación de la pantalla trasera.
Cabe decir que la pantalla trasera sólo será funcional con el disparo automático. No se activa en modo vista previa para el modo de vídeo, el modo retrato, el modo de alta resolución ni nada que no sea el disparo automático. Además, la cuenta atrás siempre será de dos segundos, aunque configuremos otro intervalo.
El modo noche y la alta resolución permiten disparar con cualquiera de las cámaras, lo cual no suele ser habitual, aunque desparece la opción manual del HDR entre otras. En vídeo veremos que podemos elegir entre los filtros, el HDR y los modos de estabilización y que en el menú de hamburguesa tenemos otras opciones, además de la posibilidad de elegir la resolución y la frecuencia directamente.
Otro aspecto a destacar de la app de Xiaomi es la personalización. Podremos cambiar el color destacado, los modos que tienen pestaña propia (o quedan en la de «Más») y configurar varios aspectos estéticos, que ya es más que en la mayoría de apps.
Cámara trasera
El procesado de Xiaomi experimenta mejoras puntuales hacia el resultado natural, pero aún le queda camino que recorrer en este sentido. En general vemos fotografías correctas especialmente en abierto y con luz indirecta, pero vemos escenarios que se le resisten.
El rango dinámico queda algo justo, de manera que el HDR puede echar una mano sobre todo recuperando cielos algo quemados cuando hay un primer plano bien definido, aunque no haya contraluz. Eso sí, sigue siendo un procesado agresivo y el resultado es algo menos natural, de modo que tendremos que elegir entre ver un rango dinámico ligeramente ampliado o bien tener un resultado más natural.
Lo que hemos visto es que el HDR nos la puede jugar hablando del teleobjetivo. La foto puede no salir forzada en estas situaciones en las que el HDR es demasiado agresivo y artificial (además de poder salir ligeramente desenfocada), pero cuando no hay problemas con el enfoque sí será recomendable usarlo, hablando especialmente de los contraluces.
¿Cuándo no? De noche por defecto. Cierto es que logra recuperar información de las luces, especialmente en el tele y en el gran angular (que tienden a subexponer por las características de la lente, aunque no de manera problemática) y que en ocasiones compensa las sombras (en escenas contrarias), pero el resultado queda muy artificial y exagerado, además de que al detalle añade más ruido que el automático.
Con este móvil tenemos modo de máxima resolución para las tres cámaras (50, 48 y 48 megapíxeles). En la cámara principal, de enfoque más sencillo, éste suele portarse mejor y reaccionar más rápido, con lo que logramos ese extra de nitidez al recorte.
Con el gran angular y el teleobjetivo dependerá más del tiempo que invirtamos preparando el disparo y de la escena. Hay ocasiones en las que sí compensa claramente tirar de máxima resolución, en otras no notamos tanto la ventaja.
De noche es cuando más problema vemos, especialmente con el gran angular. La lente no destaca de día y de noche se acusa la falta de detalle, con imágenes bastante diluidas cuando la iluminación no es imperante.
Además de poder disparar en alta resolución con las tres lentes, el modo noche está disponible para todas ellas, incluyendo la frontal. En general nos va a servir para eliminar el ruido que vemos aparecer fácilmente, ya en el atardecer, en los modos automáticos (especialmente en el HDR).
hablando en concreto de las lentes secundarias y comparando rendimientos y calidad en general, el teleobjetivo nos ha parecido que acierta en más ocasiones que el gran angular. Las lentes gran angular en general siempre tienen mucho margen de mejora en móviles y ésta no nos ha parecido que vaya a ser la referencia de este año, dado que da un resultado solvente y equilibrado únicamente cuando las condiciones son favorables. El detalle es lo que se echa de menos en general.
Para el modo retrato hemos echado de menos un «OK» cuando ha estado activo, porque no queda muy claro a la hora de hacer una foto. En general da buen resultado, aunque cuando se trata de un primer plano cercano o de una foto macro la mejor cámara es la principal en modo automático. El resultado es mucho más natural y con la apertura que tiene (que tampoco es exagerada) no necesita más bokeh.
Cámara frontal
En este caso deberíamos hablar más bien en plural, porque la cámara trasera principal nos podía hacer de cámara subjetiva con la pantalla secundaria. Pero vayamos por partes, primero, hablando de la cámara frontal per se, vemos un resultado bastante aceptable, le falta algo de detalle pero vemos unos colores equilibrados y un balance de blancos correcto.
Lo que sí hemos notado es que tiende a subexponer cuando la situación tampoco es precisamente de poca luz, por ejemplo de día y en abierto. Y veremos que de noche es cuando se pierde más nitidez y hay cierta sobreexposición con luz directa. El modo noche puede ayudar a nivel de recuperar algo de detalle, pero la exposición sigue siendo algo elevada.
Como cabría esperar, la cámara principal trasera, de mayor resolución y sensor más grande, da mejor resultado. Más detalle, colorimetría más acertada, mejor contraste, balance de blancos más realista y adiós a la exposición descompensada.
Nos ha parecido que es una ventaja si somos de sacarnos muchas autofotos, pero es un uso bastante limitado:
La pantalla secundaria no funciona en modo retrato ni en modo de alta resolución con la principal.
No podemos usar el gran angular (el tele no se echa de menos, pero esto sí en fotos grupales de palo selfie).
No funciona con el vídeo.
La cuenta atrás no se puede modificar.
Además, como hemos comentado, se trata de una función muy exigente para el hardware y el móvil se calienta bastante (notándose también en el consumo energético). Pero el objetivo de tener mejores selfies se logra, aunque si el procesado en general mejorase se lograrían muy buenas fotografías en más escenarios.
Vídeo
Curiosamente, las tomas en 8K dejan bastante que desear. Da la sensación de que el procesado se ve superado porque tanto de día como de noche las vemos poco fluidas, con colores lavados y de calidad inferior que las de 4K y 1080p.
En las tres lentes vemos que tanto el 4K como el 1080p resuelven con solvencia, mientras que la máxima resolución no favorece nada, especialmente hablando de las lentes secundarias de noche. Aunque vemos los colores menos lavados que con la principal.
La captura de sonido es buena y sí creemos que el rango dinámico es mejorable, aunque la estabilización de serie da ya buen resultado, sin ser perfecta. Veremos que el teleobjetivo es lo que menos estable es y su uso será recomendable más bien de manera anecdótica, para acercar algo a la vista más que para tener una buena toma.
La estabilización añadida por software, y dispuesta en dos grados (siempre a 1080p) nos da la opción de incrementar la de serie, aunque no lo veríamos necesario de día. De hecho, nos parece que el modo Pro es más bien forzado y algo errático, mostrando temblores que no aparecen sin él. De noche, la estabilización que más nos convence (si es que la toma va a ser particularmente movida) es la primera de las dos añadidas, dado que la máxima no es precisamente estable. Se crean esos mismos temblores y el vídeo sale peor parado, pero en todo caso la estabilización de serie trabaja bien.
Hablando de la grabación por la noche, la resolución 8K no resulta tampoco como se esperaba. No parece que se trate de esta resolución por la baja definición, aunque de lo que se aqueja sobre todo es de no tener fluidez.
El 8K por su parte además nos da tomas muy poco estables y de baja calidad en el gran angular y el tele. Más o menos se traslada lo visto en fotografías al hablar del modo automático o en HDR, aunque el teleobjetivo nos parece menos fiable en vídeo a 8K de lo que esperábamos.
La Cámara frontal da muy buen resultado de día. Una lástima que no llegue a 4K para competir directamente con los rivales y, sobre todo, que la pantalla secundaria no sirva para hacer vídeos subjetivos (aunque quizás ha sido una medida para evitar calentamiento excesivo).
De noche la calidad es bastante mejorable y se echa en falta algo de estabilización. Y en cuanto a la función de sonido frontal, nos parece que no es necesario y que las tomas son más naturales y de un sonido mucho mejor si no forzamos la toma.
Sonido: un estéreo bien pensado (y un adaptador que no suele sobrar)
El estéreo para este móvil, como para todos los que lo ajustan bien, es un acierto total. Nos da muy buena experiencia a nivel de rango dinámico, aunque echamos en falta el punto de nitidez que serviría para colocarlo entre los mejores móviles a nivel de audio con altavoces. El sonido es un tanto «metálico», más que en un Samsung Galaxy S21 Ultra o un iPhone 12 Pro Max.
De todos modos, como decimos la experiencia es muy buena, especialmente cuando jugamos. La salida del audio está bien repartida entre los dos altavoces y crea un sonido relativamente envolvente.
En cuanto a volumen va sobrado, detectando hasta 111 decibelios en la inmediata salida del altavoz, que son unos 82 ambientales (que incluso sobran). De todos modos, en ese punto pierde bastante calidad y conviene dejarlo hacia el 60%, que es más que suficiente para tenerlo de centro multimedia en una estancia.
Los ajustes para auriculares dependerán de si conectamos unos por cable o de manera inalámbrica. Si queremos personalizar un perfil, que nos vendrá bien especialmente si empezamos a dejar de oír algunas frecuencias, tendremos que recurrir a auriculares con cable (pueden ser USB tipo C o bien unos con minijack de 3,5 milímetros con el adaptador).
Sean del tipo que sean, con auriculares tendremos un sonido de calidad, bien compensado y nítido. Si además queremos sacarle más punta y controlamos, podremos optar por ajustar el ecualizador, pero lo que seguimos sin recomendar es seleccionar según el tipo de auriculares si no tenemos un de los modelos de la lista.
Autonomía: la moneda de pago de ser distinto son los miliamperios por hora
Que el Xiaomi Mi 11 Ultra sea grande por la batería, si es así, se le ha de perdonar, porque es un móvil bastante exigente con el consumo. Sobre todo si tiramos de cámara y de la pantalla secundaria, combinándolo con las máximas resolución y tasa de refresco.
Hablamos de una pila de 5.000 mAh que nos da una autonomía media de 20 horas con 8 horas de pantalla, lo cual no es demasiado para un móvil actual con esta autonomía. La diferencia entre usarlo a 60 ó 120 Hz está en torno a las 3 horas según el uso que hagamos, aunque lo que hemos notado que más exige es usar la app de cámara (quizás también influya el hecho de que se caliente).
Con la máxima resolución, la máxima tasa de refresco y jugando mucho con la cámara y la pantalla secundaria podremos tener una autonomía de unas 10 horas, por lo que vemos que en este caso sí se hace necesario estar pendiente de un enchufe o de una batería externa si se va a estar fuera de casa. El test de autonomía de PC Mark a 120 Hz además nos ha dado un valor bastante bajo, aunque cabe decir que normalmente a 120 Hz con un uso normal nos ha aguantado bien hasta unas 19 horas.
La carga del móvil se completa en una hora y 10 minutos, de 0 a 100% y con el móvil apagado. Es una muy buena cifra y compensa bien el hecho de que algún día podamos haber hecho un uso intenso del móvil.
Xiaomi Mi 11 Ultra, la opinión de Xataka
El Xiaomi Mi 11 Ultra es, sin duda, un móvil que no es para todos los públicos, ni siquiera un móvil pensado para cualquier persona que quiera algo de la gama más alta. Es un intento de golpe en la mesa o de llamada de atención, de «nosotros podemos», de dejar claro que el status quo no encaja en los planes de Xiaomi.
Con una construcción de calidad, el diseño se ve en cierto modo truncado por el módulo trasero, que por una parte no se balancea al apoyarlo en la mesa (además, está pensado para estar boca abajo, seguramente) y por otra nos obliga a acostumbrarnos en tanto a la sujeción en horizontal. Es grande y pesado, pero a cambio tiene una pantalla que da muy buena experiencia y es un buen móvil para el uso multimedia.
Creemos que en fotografía el procesado aún puede mejorar y que quizás hay trabajo pendiente en la optimización del consumo energético, pero es un móvil potente y solvente. La pantalla secundaria logra llamar la atención, pero por ahora no ha conseguido que la vayamos a echar de menos.
El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
8.8
A favor
Muy bien construido: los materiales destilan calidad y robustez. La pantalla es propia de un tope de gama: no deberíamos ver un móvil de gama alta con menos resolución y densidad por el precio que tienen. La pantalla secundaria permite selfies muy realistas.
En contra
La autonomía depende mucho del uso, hay que ir con cierta cautela (sin que sea algo grave). El calentamiento no es algo demasiado raro, especialmente usando la pantalla secundaria. Creemos que Xiaomi podría sacar mejor resultado de las ópticas que monta con un procesado menos agresivo y más realista.
Xiaomi Mi 11 Ultra
12 GB+256 GB, Blanco cerámico
–
La noticia
Xiaomi Mi 11 Ultra, análisis: la loca idea de una pantalla trasera se cobra con buenos selfies y se paga con autonomía
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Anna Martí
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