La empresa Sngular, dedicada al desarrollo de software y servicios para terceros, con 750 empleados a nivel mundial (500 de ellos en España) ha decidido volverse full remote.
Una política a la que podrán acogerse todos sus empleados, quienes podrán seguir yendo a las oficinas de la compañía, que asegura que su compromiso es mantenerlas todas abiertas e, incluso, abrir nuevos espacios en aquellas localizaciones en las que pueda haber una masa crítica de empleados.
Remotos por defecto
El hecho de que Sngular decida ser full remote implica que los empleados podrán decidir si quieren trabajar o no en una oficina, incluyendo la de algún cliente.
Aunque asegura que no tienen calculado cuánta gente se acogerá a la modalidad remota, Carlos Guardiola, Chief Innovation Officer de Sngular, cree que entre el 80 y el 90% de los empleados se sumará a esta opción. «Los empleados seguirán yendo a las oficinas, quizá una vez a la semana o una vez al mes, cuando sus rutinas de trabajo así lo marquen como necesario», explica.
Para que todos sus empleados (750 a nivel mundial, 500 de ellos en España) puedan trabajar desde sus casas, Sngular les dota de un portátil y del resto del equipamiento tecnológico que necesiten para su labor. «Tenemos una serie de equipos certificados por nuestro departamento de sistemas, en función del tipo de trabajo que se va a realizar. El empleado puede elegir, dentro de esa lista, qué modelo elegir», explica Guardiola.
Además, los monitores, ratones o teclados que estaban en las oficinas también serán enviados a los empleados que así lo requieran para trabajar desde sus casas. Guardiola asegura que, además, cada empleado puede recibir hasta 100 euros si necesita acondicionar su lugar de trabajo en casa, adquiriendo mesas o sillas, por ejemplo.
Se mantienen las oficinas
Guardiola explica que la compañía “garantiza que las oficinas están abiertas, que si alguien quiere ir a ellas podrá hacerlo y tendrá sitio. Al igual que si los equipos de trabajo quieren reunirse en estos centros cada cierto tiempo y para realizar cualquier actividad”.
La compañía quiere que estos espacios se conviertan en centros de reunión de los empleados. «Pueden trabajar desde su casa, pero también tienen la posibilidad de ir a las oficinas para relacionarse con los compañeros».
Eso sí, Sngular está aprovechando para remodelar algunos espacios, como la oficina central de Madrid. “Se está haciendo obra para reacondicionarla, pero está a disposición de quienes quieran usarla”. Y enfatiza que en ningún caso Sngular se plantea, ni siquiera a largo plazo, reducir el tamaño de sus instalaciones.
Evitar asimetrías
Como vemos, Sngular quiere que para ciertas reuniones de equipos los empleados puedan utilizar las oficinas. Con el fin de evitar asimetrías entre los miembros de los equipos, sobre todo si en alguna reunión no están todos en la misma ubicación, la política de la compañía es que todos los participantes estén dispersos. «Cada participante debe estar en una mesa distinta, no se pueden compartir salas de reuniones», explica Guardiola.
Sin embargo, insiste: «lo normal es que todo el mundo esté en remoto cuando se producen estos encuentros».
Además, cada vez que entra una persona nueva, bien a un equipo de trabajo o bien a la empresa, la compañía ha establecido que se estandaricen los procesos de onboarding. «Antes te tomabas un café con el equipo, se conocían todos y se ponían al día. Eso ahora no existe», detalla el Chief Innovation Officer. Ahora, los responsables de equipo tienen una hoja de ruta que incluye varias videoconferencias para integrar a los nuevos miembros del equipo.
Una vez a la semana también hay establecidas reuniones de las nuevas incproraciones con algún directivo de la corporación para que les cuente cómo funcionan y puedan conocer mejor la compañía a la que han entrado.
Además, el departamento de Recursos Humanos también ha establecido nuevas rutinas para «contactar con todos los empleados periódicamente y tener comunicaciones más personales e incluso informales».
Muchas más reuniones
Este directivo reconoce que el trabajo en remoto les está llevando a tener muchas más reuniones, muchas de ellas por videoconferencias.
Para organizar el trabajo remoto, Sngular ha establecido diferentes estructuras (proyecto, equipo, región y global) y en cada una de ellas se han determinado y establecido una serie de pautas.
Según nos explica, todos los equipos tienen herramientas similares (generalmente en plataforma Google, aunque algunos tienen Microsoft). Además, cuntna con repositorios de código para contralar versiones y request, así como dinámicas propias de cada cuánto se reúnen y se ponen al corriente de los trabajos.
Además, todos los viernes todos los empleados de Sngular se reúnen, vía Zoom.
En cuanto a la relación con clientes, cada miembro de Sngular suele tener acceso y utilizar los entornos de trabajo de cada cliente, pudiendo usar herramientas como Slack o Teams).
Cómo decírselo al cliente
Carlos Guardiola asegura que el mayor reto a la hora de adoptar esta política era el temor de que los clientes no lo entendieran.
“Para nosotros el proceso ha sido natural. Cuando arrancó el confinamiento éramos remotos desde el día siguiente. Siempre hemos tenido una política de flexibilidad laboral, pero muchos clientes imponían una presencialidad de los equipos de desarrollo en sus lugares de trabajo”, explica.
“Para nosotros las oficinas de Sngular eran un punto de unión. Trabajamos con desarrolladores de Asturias, Extremadura, Andalucía… o incluso Estados Unidos. Te da igual donde estés”, explica. Pero “mucha gente tenía que ir a las oficinas de los clientes”. Algo que empieza a cambiar “cuando nos mandaron a casa de un día para otro” y los equipos siguieron realizando su trabajo “sin pérdida de continuidad”.
Algo que ha permitido que los clientes se dieran cuenta de que “no importa desde dónde hagas el trabajo, sino que lo hagas. Todo sigue funcionado y no se pierde calidad”, detalla.
Compensación por no ser remoto
Sin embargo, a la hora de adoptar por una política de trabajo remoto Guardiola reconoce que el principal desafío era cómo comunicarlo “para que quedase todo claro y cómo abordarlo con clientes. Somos una empresa de servicios, no de producto. Siempre te queda el miedo de si los clientes lo van a entender”, explica.
Sin embargo, asegura que en términos generales se ha recibido con normalidad esta situación porque “todos entienden la tecnología, el talento y las oportunidades como nosotros”.
Eso sí, si algún cliente exige que algún empleado de Sngular tiene que ir a sus oficinas, el empleado podrá aceptar o declinar esta condición. En estos proyectos en los que se exija una presencialidad, el trabajador recibirá un complemento salarial de entre 1000 a 3000 euros adicionales al año.
Cambios de residencia
Carlos Guardiola reconoce a Xataka que muchos empleados de la compañía están aprovechando la coyuntura para cambiar sus domicilios. No solo entre provincias, sino incluso entre países.
“Los empleados tienen que comunicar su cambio de domicilio, porque la ley establece una serie de condiciones, para que se cumplan una serie de garantías”, detalla.
Estas modificaciones del lugar de residencia de los empleados podría conllevar la creación de nuevas oficinas. Guardiola asegura que el compromiso de Sngular es mantener las oficinas abiertas y no descarta que, si existe una masa crítica suficiente de empleados en una nueva ubicación, Sngular pueda abrir una oficina para esos empleados.
Cambios en la retribución salarial
Guardiola asegura que la reacción de los empleados ha sido positiva a esta política full remote, pese a que en la práctica ya lo venían siendo.
Dado que algunos empleados están aprovechando para cambiar su residencia, incluso de país, hemos preguntado a Guardiola si la compañía va a mantener los salarios o ajustará estas nóminas al lugar de residencia, como están haciendo algunas compañías como Google.
“Estamos en proceso de revisión de los modelos retributivos para que no estén vinculados a la ubicación geográfica, sino a la contribución del puesto”, asegura. “Hay que mantener escalas y que no se produzcan asimetrías, pero el salario se va a equiparar al puesto, no al lugar desde el que lo desempeñes”, avanza.
¿Quiere esto decir que antes se pagaba más en función de dónde se realizaba este trabajo? «Es la ley de la oferta y la demanda. En los modelos laborales de presencialidad sí que había diferenciales salariales», reconoce Guardiola.
Y aclara que, en cualquier caso, eso no va a conllevar una reducción del salario de ningún empleado.
Por último, Guardiola se muestra convencido de que el full remote es una “tendencia imparable”, al menos en el sector tecnológico. “Los que trabajamos en el sector ya teníamos la posibilidad de hacer nuestro trabajo desde cualquier lugar”, explica.
Y avisa: “el fulll remote no es una necesidad organizativa, sino una preferencia personal. Que las empresas lo sean o no lo va a marcar lo que demande las personas”.
–
La noticia
Sngular apuesta por el teletrabajo por defecto: cómo van a organizar a 750 personas que pueden elegir si teletrabajar o trabajar presencialmente
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Arantxa Herranz
.