Si estáis buscando compraros un nuevo ordenador, o cambiar algunos componentes del vuestro, os habréis cruzado con un montón de gente indicando que los procesadores que ofrece AMD, los Ryzen X3D son de los mejores que podéis encontrar. Y esto realmente no se suele decir a la ligera, ya que a la hora de recomendar componentes en muchos casos nos dejamos llevar por el fanatismo, pero en este caso, el rendimiento y potencia que ofrecen estos componentes están a otro nivel.
La gama de procesadores Ryzen x3d son una de las mejores opciones que podemos encontrar actualmente debido a que ofrecen todo lo que se necesita para conseguir un ordenador gaming de última generación. Gracias a una de las nuevas tecnologías que incorporan, permiten realzar el estilo gráfico de los videojuegos sin perder rendimiento, siendo además muy potentes, incluso en los juegos más exigentes son capaces de sacar un buen rendimiento.
Qué son los procesadores Ryzen X3D de AMD
Esta gama de procesadores se caracteriza principalmente por el diseño que tienen (no nos referimos al físico), ya que este se encuentra específicamente hecho para sacar el máximo rendimiento posible en aplicaciones que requieran un procesamiento gráfico. Y es que el término x3d se refiere principalmente a esta capacidad que tienen estas APU de sacar el máximo rendimiento a su iGPU, por lo que son perfectos para crear un ordenador gaming de bajo coste.
Aunque esto no es todo, ya que obviamente no contamos con que estos procesadores resulten buenos únicamente por la gráfica integrada, ya que además ofrecen grandes mejoras con respecto a otros que podemos encontrar en el mercado, incluidos los de la propia marca de AMD. Y es que en términos de rendimiento, son capaces de superar a la mayoría de los que podemos encontrar en el mercado, no solo en los benchmarks, pues también son capaces de hacerlo en capacidad real.
Esto es gracias a una gran cantidad de mejoras que implementan, como puede ser la gran capacidad de caché L3 que proporcionan, siendo esta, en el modelo 7800x3d de 96 MB, lo que implica que es muy superior a la que podemos encontrar en un modelo como el i9-13900K, que tan solo ofrece 36 MB. Si a esto le sumamos que cada núcleo puede llegar a los 5.0 GHz de boost, y que la velocidad de la GPU llega hasta los 2200 MHz, se convierte en uno de los procesadores con mayor rendimiento sin ser la versión más potente de los mismos.
Pros y contras
Como todo, estos procesadores tienen una serie de cosas buenas y cosas malas, aunque por lo general las positivas suelen superar por bastante a las negativas, os vamos a comentar algunas de ellas:
Pros:
Se trata de los procesadores para juegos más rápidos del mercado
Ofrece compatibilidad para tecnologías modernas
Tiene un mayor soporte de overclocking automático
Su consumo es bastante bajo para la potencia que tiene, además su eficiencia es excelente
Contras:
Al ser para plataformas modernas no son compatibles con DDR4
Presenta un menor rendimiento en aplicaciones de productividad
No ofrece overclock directo basado en multiplicador
En general, al utilizar AM5 el resto de componentes que se adaptan a este socket son muy caros
Como podemos ver, en sí las contras realmente tienen que ver con el precio general que supondría tener una configuración basada en estos procesadores, ya que al final se trata de versiones bastante modernas, por lo que al final, siempre es más caro hacerse con lo más novedoso.
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