Realme lleva tiendo lanzando relojes inteligentes al mercado. Primero vino el Realme Watch, luego el Realme Watch S, luego el Realme Watch S Pro y ahora han llegado a España los Realme Watch 2 y 2 Pro, dos dispositivos que dejan de lado la esfera circular de los Watch S y S Pro para volver al formato cuadrado del Realme Watch original.
El que hoy nos ocupa es el Realme Watch 2 Pro, el modelo superior. Se trata de un reloj bastante grande y que viene a competir en el disputado campo de batalla de la relación calidad/precio. En Xataka llevamos ya un buen tiempo con este reloj en la muñeca para traeros este, su análisis, así que vamos a ello.
Ficha técnica del Realme Watch 2 Pro
REALME WATCH 2 PRO
DIMENSIONES Y PESO
255,2 x 38,9 x 12,65 mm
40 gramos
PANTALLA
LCD de 1,75 pulgadas
320 x 385 píxeles
287 ppp
CORREA
22 milímetros
150-215 mm
GEOPOSICIONAMIENTO
GPS integrado
SENSORES
Acelerómetro de 3 ejes
Sensor de ritmo cardíaco
Sensor SpO2
BOTONES
Sí, uno
RESISTENCIA AL AGUA
IP68
BATERÍA
390 mAh
REQUISITOS
Android 5.0 o superior
iOS 11 o superior
CONECTIVIDAD
Bluetooth 5.0
EXTRAS
Más de 90 modos deportivos
Control musical
Control de cámara
PRECIO
realme Watch 2 Pro Reloj Inteligente de 44 mm GPS Incorporado, 90 Modos Deportivos Batería de 14 días Resistencia al Agua IP68
Diseño: se nota barato, pero aprueba
Comenzamos, como siempre, hablando del diseño, un apartado en el que podemos apreciar que Realme se ha inspirado bastante en cierto reloj inteligente que empieza por «Apple» y acaba en «Watch». La estética del reloj es muy parecida, hasta el punto de que las esquinas tienen una curvatura similar y, en apariencia, salvando la corona del Apple Watch (que en Realme Watch 2 Pro es un botón), son similares. No solo se parecen en el diseño, como veremos más adelante.
El Realme Watch 2 Pro está hecho de plástico y se siente como tal. Es ligero, unos 40 gramos, y al tacto se siente poco premium. No es que el plástico esté mal trabajado, pero el dispositivo, aunque cuesta 80 euros, no termina de transmitir que vale lo que cuesta. En cualquier caso, es una cuestión de gustos. Hay quien prefiere relojes ligeros y hay quien prefiere relojes pesados. Yo soy de los segundos.
Tiene un grosor de 12,65 milímetros y en mano queda bien. Apenas notamos que lo llevamos puesto y es disimulado. El reloj es de color negro con los bordes laterales brillantes. Si sois medianamente maniáticos, no tardaréis en apreciar que las huellas se quedan bastante marcadas en dichos bordes.
En el lateral derecho encontramos un botón, el único botón del terminal, que en este caso solo sirve (y esto quizá sea un poco absurdo) para encender y apagar la pantalla. No se puede programar para que haga otra cosa y eso nos lleva a pensar que quizá habría sido interesante tener un segundo botón que pudiéramos remapear para, por ejemplo, iniciar rápidamente la app de ejercicio. Como punto positivo, el botón apenas clickea.
Y eso es todo, realmente. El dispositivo no tiene ni micrófono ni altavoz, así que como podéis intuir no podremos responder llamadas ni invocar a un asistente de voz desde él. En la parte inferior tenemos el sensor de ritmo cardíaco, el SpO2 y los pines POGO para cargar el reloj. Más básico imposible.
En cuanto a la correa, es una correa de silicona de 22 milímetros con cierre estándar, por lo que podemos quitarla y ponerle otra correa que tengamos por casa, siempre y cuando sea de 22 milímetros. El tacto de la correa ha mejorado mucho y, esta vez, no se siente tan «barata» como en modelos anteriores.
La correa es lo suficientemente grande para adaptarse a muñecas de todos los tamaños, así que sin problema en ese aspecto. El cierre de hebilla es resistente y no ha dado problemas durante la prueba. Es, básicamente, una correa correcta que, ojo, viene decorada con un enorme «Dare to leap», el eslogan de Realme.
Pantalla: una LCD enorme
Pasamos así a hablar de la pantalla, que es uno de los puntos clave de este modelo con respecto a su hermano no-Pro. El Realme Watch 2 Pro monta un panel IPS/LCD de 1,75 pulgadas, poca broma. Es una pantalla bastante grande, pero el reloj sigue teniendo el mismo problema del Realme Watch, Realme Watch S y Realme Watch S Pro: el frontal no está bien aprovechado.
La pantalla es enorme, sí, pero tiene cuatro generosos marcos arriba, abajo, a la izquierda y a la derecha. Es cierto que algunas watchfaces, como la que viene preinstalada y preconfigurada, intentan disimular los marcos usando fondos negros, pero claro, el panel es IPS y no AMOLED, por lo que los negros no son negros puros y el efecto pierde fuelle.
El frontal, en definitiva, podría haberse aprovechado un poquito mejor. Si una de las gracias del reloj es que es más grande, lo ideal sería que no lo fuera a costa de aumentar también el tamaño de los marcos. No obstante, el acabado general es aceptable gracias, en parte, a los bordes de los marcos, que están ligeramente curvados.
La resolución de la pantalla es de 320 x 385 píxeles, lo que se traduce en 287 píxeles por pulgada. Es una resolución más que suficiente para no ver los píxeles a simple vista. Los colores están bien representados y el nivel de brillo máximo, 600 nits, es lo suficientemente alto para no tener problemas de visualización a plena luz del día.
Y en ese sentido, hay un aspecto que es casi imperdonable a estas alturas: el Realme Watch 2 Pro no tiene sensor de brillo automático. ¿Qué quiere decir eso? Que tenemos que ajustar el nivel de brillo manualmente, algo que puede ser un poco tedioso a la hora de salir y entrar de casa o de noche. Y creedme cuando os digo que dejar el brillo máximo por la noche puede provocar algún que otro mal trago.
Los niveles de brillo se puede ajustar en cinco niveles con saltos del 20% de brillo (20%, 40%, 60%…) y mi recomendación es dejarlo en 60% u 80%, ahí es donde hemos encontrado el equilibrio entre brillo y legibilidad de la pantalla. El 100% es mucho brillo y solo lo usaremos cuando haya mucha luz fuera, pero para el resto de ocasiones, 60-80%.
La pantalla se puede despertar pulsando el botón lateral o haciendo el gesto con la muñeca, que es detectado correctamente. Algo interesante es que el modo «No molestar» desactiva el gesto para despertar la pantalla, por lo que mi recomendación personal es activarlo cuando os vayáis a dormir, ya que de esa forma evitaréis que la pantalla os deslumbre a las cuatro de la mañana.
Sobre las opciones de personalización, tenemos varias watchfaces (algunas de ellas animadas) que podemos instalar desde la app para el móvil. Opciones hay a patadas y algunas tienen widgets interactivos. Mención especial merece la que es clavada a la carátula del Apple Watch (que, como ya hemos visto y veremos, no es lo único «appleliano» que tiene el reloj).
En resumidas cuentas, es una pantalla solvente que tiene dos grandes «peros»: los marcos no está nada bien aprovechados y no tiene sensor de brillo automático. Y es una lástima, porque la experiencia con ella es buena (se ve bien, responde bien a los gestos…), pero estas dos cosas nos han dejado con un sabor de boca más bien amargo.
Rendimiento: mejor y mejorable
El Realme Watch 2 Pro es compatible con iOS y Android a través de la app Realme Link (App Store / Google Play Store). Nosotros para la review lo hemos conectado a un iPhone 12 Pro, pero la experiencia es similar en Android. El dispositivo usa un sistema operativo propietario, por lo que todo lo que ganamos en sencillez, autonomía y fluidez lo perdemos en funciones.
El problema de los sistemas operativos propios o basados en RTOS es que no permiten instalar aplicaciones adicionales desde Google Play, por ejemplo. Las apps que vienen preinstaladas son las que son y son las que hay. Son suficientes para explotar al máximo las funciones del reloj, pero si queremos ampliar las opciones nos quedaremos colgados.
Repasando la interfaz, deslizando hacia la izquierda accederemos a los widgets y accesos rápidos; hacia la derecha a los ajustes rápido; hacia abajo a la cortina de notificaciones y hacia arriba al cajón de aplicaciones, que ahora se ha dispuesto en forma de cuadrícula. La transición entre pantallas es fluida y tiene animaciones que, todo sea dicho, todavía tienen margen de optimización.
El rendimiento del reloj es correcto y cumple con lo esperable en un reloj de este rango de precios, pero tiene varios aspectos de mejora. Uno de ellos tiene que ver con los widgets, que ofrecen poca información (por ejemplo, el del sueño muestra las horas que hemos dormido, pero no nos permite consultar el informe completo).
En cuanto al catálogo de aplicaciones, tenemos un buen puñado. Además de las clásicas relacionadas con la salud, tenemos tres que merece la pena señalar: el control remoto para la cámara, el control de música y Realme Link (a medias).
El control remoto para la cámara nos permite sacar una foto a distancia. Funciona bien, pero no abre la app de cámara por sí solo y no muestra la imagen en tiempo real. Es como un obturador remoto. Está bien para sacarse una foto en grupo sin tocar el móvil, pero tiene potencial para seguir mejorando.
El control de música nos permite controlar la reproducción de lo que esté sonando en el móvil. Podemos pausar/reproducir y cambiar de canción, pero no acceder a las playlist o hacer algo más allá. Tampoco se puede almacenar música en el reloj.
Realme Link, en principio, sirve para interactuar con otros dispositivos del ecosistema Realme, pero está muy verde. Durante la prueba tuvimos conectado al Realme Techlife Vacuum Robot y no aparecía en la app del reloj, por lo que tocará esperar para que se optimice.
Luego tenemos las relacionadas con la salud, así que vamos a verlas. La primera es la del ritmo cardíaco. El reloj nos permite monitorizar nuestro pulso cada cinco, diez, 20 o 30 minutos, e incluso nos avisa si el pulso sube o baja de cierto rango. La medición nos parece correcta y no hemos notado picos o valles más exagerados de la cuenta. El sensor se nos antoja fiable, aunque recordemos que no es un dispositivo médico.
El reloj también monitoriza el sueño y, de nuevo, lo clava. Detecta perfectamente la hora a la que nos dormimos y despertamos. A través de la app podemos acceder al informe que nos indica no solo las horas que hemos dormido, sino cuánto tiempo hemos pasado en cada fase y cómo ha variado nuestra frecuencia cardíaca. Decir cuán preciso es el registro es complicado porque, bueno, estamos dormidos, pero los datos de la app concuerdan con nuestro estado físico al día siguiente.
Finalmente, tenemos el sensor SpO2, un sensor que se podría haber aprovechado mejor. El sensor no funciona en tiempo real, sino que somos nosotros los que tenemos que hacernos la prueba manualmente. Es decir, que salvo que te acuerdes de hacerte la prueba, el sensor pasará desapercibido. Aunque la medición concuerda con nuestro estado de forma, conviene volver a recordar que no estamos ante un dispositivo médico.
En cuanto a las funciones propias de un reloj inteligente, el Realme Watch 2 Pro se sigue quedando corto. El dispositivo no tiene integración con ningún tipo de asistente virtual (Alexa, por ejemplo), por lo que no nos permite controlar la domótica de casa. Entiendo la idea de hacerlo a través de Realme Link, pero ya decíamos antes que no funciona bien.
El reloj es mirror de las notificaciones del móvil, es decir, que nos muestra las notificaciones que recibamos (los emojis no se reproducen bien), pero no nos deja responderlas. Aquí un punto interesante es que Realme ha implementado un iconito verde que aparece en la parte superior cuando tenemos una notificación pendiente, igual que el Apple Watch. Nada necesariamente malo, pero ahí queda.
Lo mismo sucede con las llamadas. El reloj nos avisa cuando nos llaman, pero no nos permite responder la llamada desde el reloj, solo colgarla o silenciarla. Es normal, no tiene ni micrófono ni altavoz, pero no está de más señalarlo.
En definitiva, el Realme Watch 2 Pro sigue siendo tan básico como sus predecesores. Eso no es necesariamente malo y menos viendo su precio, pero a estas alturas de la película podemos empezar a exigirle un poquito más a Realme. Ya van varias generaciones de relojes en el mercado y, por ahora, la evolución está siendo más bien sutil.
Hacer deporte con el Realme Watch 2 Pro
Como todo reloj inteligente que se precie, el Realme Watch 2 Pro también quiere ser nuestro acompañante durante las sesiones deportivas. El dispositivo nos ofrece más de 90 modos deportivos (y por fin el críquet ya no sale traducido como «grillo», ¡bien!), pero tiene trampa.
Hay 90 modos deportivos, sí, pero en reloj solo podemos llevar 15. Que tampoco pasa nada, porque no creo que haya nadie que practique 15 deportes a menudo. Vamos a quedarnos con la idea de que si somos corredores, vamos al gimnasio o jugamos al fútbol podemos monitorizar las sesiones.
Durante la sesión de ejercicio podemos ver algunas métricas importantes, como la frecuencia cardíaca, los pasos, la distancia, etc. También podemos controlar la reproducción de música, algo que no era posible en los anteriores relojes de la compañía. Cuando acabemos la sesión, la app generará un informe bastante básico que incluirá la ruta.
Porque sí, el Realme Watch 2 Pro tiene chip GPS integrado. Tarda como 20 segundos en fijarnos y algunos segundos más en conseguir una buena señal, pero cuando lo hace la señal es estable. El recorrido queda grabado con relativa precisión, aunque puede haber algún que otro desliz en la ruta. Salvo que queremos precisión absoluta (en cuyo caso este reloj no es para nosotros), el GPS del Realme Watch 2 Pro nos servirá.
Batería: dos semanas sin problema
En el interior del Realme Watch 2 Pro nos encontramos una batería de 390 mAh que, de acuerdo a Realme, es capaz de ofrecer 14 días de autonomía con la monitorización continua del pulso cardíaco. Por nuestras pruebas, podemos decir que el reloj cumple con la promesa de la compañía.
Nosotros hemos estado usando el reloj durante nueve días como nuestro reloj personal, es decir: conectado al móvil todo el rato, recibiendo notificaciones, alguna sesión de deporte con el GPS y la monitorización del ritmo cardíaco. Con este uso y durante nueve días, la batería se ha reducido del 100% al 31%. A priori, no debería haber problema a la hora de llegar a los 12-14 días.
En cualquier caso, la autonomía final dependerá en gran medida del uso que hagamos del reloj. No es lo mismo usar mucho el chip GPS integrado (porque salgamos a correr todos los días) que no usarlo nunca. Finalmente, y por comentar el sistema de carga, es una base inalámbrica con pines POGO que debemos encajar con la parte inferior del reloj, como en otros tantos relojes de Realme.
Realme Watch 2 Pro, la opinión de Xataka
Llegados a este punto, solo podemos decir que el Realme Watch 2 Pro es un smartwatch más. El problema que tienen este tipo de relojes es que es complicado que ofrezcan algo distintivo o diferencial que los hagan más atractivos a sus rivales. Grosso modo, el Realme Watch 2 Pro no ofrece nada que no ofrezcan otros competidores de su rango de precio.
Eso no es necesariamente malo. Simplemente no hay nada que nos haga decir «¡wow!» más allá de su precio, el chip GPS integrado y su autonomía, que sí nos ha gustado mucho y nos ha dejado con buen sabor de boca. Poquito a poco, los relojes de Realme van mejorando, pero todavía siguen dejando esa sensación de que son una pulsera cuantificadora grande.
No quiero decir que el dispositivo no sea recomendable, porque no lo es. Si queremos un reloj inteligente sencillito y que no sea muy caro es una buena opción, pero desgraciadamente seguimos pudiendo conseguir una experiencia similar con gadgets más baratos, como la Mi Smart Band 6.
7,8
A favor
La pantalla es grande. Dos semanas de autonomía. Tiene chip GPS integrado.
En contra
No ofrece nada particularmente diferencial. La pantalla es LCD, no AMOLED, y los marcos son enormes. No permite contestar notificaciones o llamadas.
realme Watch 2 Pro Reloj Inteligente de 44 mm GPS Incorporado, 90 Modos Deportivos Batería de 14 días Resistencia al Agua IP68
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Realme. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
Realme Watch 2 Pro, análisis: es posible tener una pantalla enorme sin sacrificar una autonomía asombrosa
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Jose García
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