En 1990 el telescopio espacial Hubble comenzó sus andaduras. Con algún que otro problema de por medio, finalmente empezó a desvelarnos las imágenes más nítidas del Universo, sin atmósfera de por medio que nos dificultase ver las estrellas. Cinco años más tarde, en 1995, hizo la que probablemente sea su fotografía más importante: Hubble Deep Field. Un vistazo a millones de años de historia del Universo.
Si nos fijamos en las imágenes más populares del Hubble, generalmente son coloridas nebulosas o estrellas. Hubble Deep Field es más humilde, decenas de galaxias de fondo que apenas se ven como pequeños puntos. Así mismo, se realizó de una forma totalmente diferente a cómo el Hubble realizaba fotografías hasta entonces. Para terminar por todo lo alto, también fue diferente el uso que se le dio a los datos capturados.
Apuntando a la nada
Generalmente cuando los astrónomos buscaban fotografiar con un telescopio el proceso consistía en apuntar hacia el astro que interesaba y después tomar la fotografía. Para la imagen Hubble Deep Field el equipo de investigadores encargados del Hubble tuvo una idea diferente: apuntar a la nada, y ver qué se encuentra.
Así pues, el equipo dirigido por Robert Williams decidió encontrar un punto del Universo donde apuntar con el telescopio y donde no se hayan hecho antes observaciones. En un esfuerzo por ver cómo de lejos el Hubble podía ver y, sobre todo, por estudiar la evolución de las galaxias.
El objetivo era ver más lejos de nuestra propia galaxia, por lo que el punto de observación debía estar lejos del plano de la Vía Láctea. También necesitaban tenerlo lejos de otros grupos de estrellas o galaxias, con tal de que no hubiese contaminación lumínica. Por último, necesitaban encontrar un punto que pudiese ser observado desde toda la órbita del Hubble, ya que el telescopio estaba dando vueltas a la Tierra y esta podía tapar el objetivo. Encontraron un punto cercano y por encima de la constelación Osa Mayor.
El 18 de diciembre de 1995 el Hubble comenzó sus observaciones de «la nada». Durante los próximos diez días el telescopio tomó 342 fotografías del punto en cuestión.
La evolución del Universo
Una vez las fotografías fueron procesadas el equipo del Hubble pudo tener una imagen final, la Hubble Deep Field. Una imagen en la que se aprecian algunas estrellas que se entrometieron de por medio pero donde las protagonistas son las galaxias. De diferentes tamaños, colores y formas las galaxias «aparecieron de la nada» y nos permitieron ver una de las imágenes más interesantes que tenemos del Universo.
¿Por qué es especial esta fotografía? Porque nos muestra la evolución histórica del Universo y sus galaxias. Dado que la luz tarda billones de años en llegarnos de tan lejos, nos permite ver instantáneas de cómo era el Universo entonces. Las galaxias más pequeñas y que apenas son puntos corresponden a las primeras etapas de las galaxias mientras que las más grandes y con forma de espiral son más recientes. Es como si fotografiásemos una calle de Roma y viésemos coches actuales, romanos de hace 2.000 años y animales salvajes de hace 50.000 años.
Dos años más tarde el Hubble hizo de nuevo esta prueba en otro punto del Universo, esta vez en el Hemisferio Sur. La Hubble Deep Field South desveló resultados similares, con galaxias de diferentes tamaños y formas que probaron que la primera de las fotografías no era una excepción, sino la norma.
Finalmente, lo que hace interesante esta fotografía es lo que el equipo de investigadores decidió hacer con ella: hacerla pública. En vez de guardarse los datos recopilados para ellos y estudiarlos en privado, decidieron hacer la investigación pública y los datos estaban accesibles a cualquier equipo científico. Algo que hoy en día es relativamente normal, en la propia web de la NASA hay miles de archivos no procesados disponibles para su análisis, pero no por aquél entonces.
Vía | National Geographic
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La noticia
La fotografía tomada por el telescopio espacial Hubble que marcó un antes y un después en la investigación astronómica
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Cristian Rus
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