Xataka – En 1970 la URSS desarrolló en secreto la criptonita de las cabezas nucleares: ahora suena a ensayo general inminente

Ocurrió durante la Guerra Fría, cuando ingenieros y militares soviéticos desarrollaron un proyecto contundente cuyo propósito era sencillo pero inquietante: crear una última línea de defensa física capaz de despedazar objetos que caen del cielo. Ahora que “lo hipersónico” y las maniobras terminales vuelven a poner en jaque los marcos tradicionales de defensa, ese experimento olvidado reaparece como una pieza inesperada del rompecabezas contemporáneo: ni misil antibalístico ni escudo espacial, sino una idea brutalmente simple que podría ayudar a responder a amenazas que no obedecen ya a las reglas antiguas.

Origen y propósito. Como decíamos, en plena Guerra Fría, la URSS exploró un concepto excepcional: un sistema de defensa activa para proteger silos de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) frente a cabezas nucleares enemigas en fase terminal. 

Bajo el nombre Mozyr (izdeliye 171), desarrollado por KB Mashinostroyeniya con supervisión directa del ministro Ustínov y la participación de 250 empresas de 22 ministerios, el objetivo era crear una suerte de escudo cinético “tipo escopeta” capaz de abatir ojivas estadounidenses que cayeran sobre los campos de misiles soviéticos, compensando la vulnerabilidad intrínseca de los silos fijos dentro de la tríada nuclear.

Arquitectura técnica y mecanismo. En esencia, Mozyr consistía en una batería multicañón (con fuentes que varían entre 80 y varios centenares de tubos) que disparaba varillas de tungsteno o acero de alta resistencia para formar una nube densa orientada al vector de aproximación de la cabeza enemiga. 

El sistema integraba detección, guiado y control de fuego propios, calculando densidad y geometría de la salva de proyectiles según amenaza, operando de forma automática. Según los documentos, la derrota del blanco se lograba por cierre cinético a unos 6 km/s en la baja atmósfera, condición suficiente, según los ingenieros soviéticos, para impedir la iniciación de una detonación nuclear.

Diagrama en ruso que muestra el principio básico de funcionamiento del sistema Mozyr. También muestra cómo los componentes clave del sistema, incluidos los lanzadores de proyectiles, se proyectaban bajo cúpulas blindadas giratorias

Pruebas en Kamchatka. Aunque no se desplegó operacionalmente, se construyó y se probó. Entre 1985 y 1988 se realizaron ensayos en Kura (península de Kamchatka), con un silo simulado y un puesto de mando remoto. Se emplearon ICBM desmilitarizados SS-18 Mod 4 como blancos desde Plesetsk o Baikonur. 

Muchos de los testimonios describen eventos nocturnos en los que la llegada del vehículo de reentrada alumbró el cielo antes de fragmentarse tras el impacto del “enjambre” de proyectiles, verificando la interceptación. El radar integrado en las pruebas fue el 5N65 (Flat Twin) del fallido sistema ABM 5K17. En 1991 las pruebas estatales concluyeron tras cortar fondos tras el golpe fallido y el colapso soviético, no por inviabilidad técnica.

Diagramas bastante básicos que muestran partes del radar de matriz en fase 5N65 de un documento de la CIA

Compatibilidad jurídica. Fue una de las claves del proyecto y sola idea de implementarlo. Contaban los analistas de TWZ que las fuentes rusas afirmaban que Mozyr no contravenía el Tratado ABM de 1972, dado que prohibía sistemas de amplio despliegue, pero permitía un sitio ABM por país, si bien la interpretación es discutible. 

En paralelo, Estados Unidos evaluó un concepto gemelo (Swarmjet) para proteger los silos del MX/Peacekeeper con miles de cohetes no guiados, pero nunca pasó a hardware. Tras 2002, con la muerte del ABM Treaty, el corsé legal dejó de existir, lo que reabre la pertinencia estratégica de soluciones de bajo coste.

Relevancia estratégica frente a MIRV. Mozyr habría tenido que lidiar ya entonces con MIRV (como el SS-18 Mod 5 con diez RVs) multiplicando blancos y riesgo de saturación. Desde entonces, el reto es mayor: las tácticas modernas penetration aids, señuelos, ejércitos de objetos falsos, y vehículos hipersónicos planeadores sin propulsión terminal que maniobran y degradan la discriminación. 

Un APS de silo hoy enfrentaría más densidad, más ambigüedad y mayor cinemática terminal. Aun así, un “muro cinético barato” plantea un retorno estratégico distinto al de interceptores exoatmosféricos caros y escasos.

Contexto nuclear. Estados Unidos recambia su fuerza Minuteman III por el LGM-35A Sentinel, contempla regresar a MIRV, y sostiene en paralelo los SLBM Trident D5 en Ohio y futuros Columbia. China expande silos y MIRV. Rusia mantiene SS-18 Mod 6 y UR-100N con Avangard. En ecos de 2012, hubo alusiones a reactivar un sistema análogo a Mozyr. 

¿Qué significa? Que, en un entorno donde el volumen de amenazas terminales se dispara, y la munición ABM es cara, finita y atacable, ese APS cinético de última capa sería, si se domina la discriminación y sincronización, un multiplicador de supervivencia de silos y, por tanto, de la credibilidad de la disuasión «de segundo golpe».

Balance. Si se quiere también, el programa Mozyr probó en metal y fuego un principio que hoy recobra peso: una defensa activa de silo barata, local, de física simple y densidad de fuego brutal, que no evita la llegada del enemigo, pero puede negar su remate en el punto decisivo. 

En un planeta que reentra en lógica de paridad nuclear y multiplicación de sistemas que hasta hace poco parecían coto de la ciencia ficción, la noción soviética (si se reingenieriza para el siglo XXI) vuelve a sonar menos a reliquia y más a ensayo general de un futuro plausible.

Imagen | Michael, CIA

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En 1970 la URSS desarrolló en secreto la criptonita de las cabezas nucleares: ahora suena a ensayo general inminente

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Miguel Jorge

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