En pleno desierto de Dubái, donde el lujo y el exceso parecen formar parte del paisaje urbano, yacen silenciosos una legión de superdeportivos que costaron cientos de miles de dólares pero que ahora se encuentran abandonados como si fueran chatarra.
Tal y como se puede ver en algunos vídeos sobre el tema, esas máquinas están en perfecto estado, con carrocerías intactas, neumáticos sin quemar, pero sus dueños los han abandonado sin mirar atrás.
La magnitud del abandono. Según un reciente comunicado de las autoridades de Dubái, solo entre enero y junio de 2025, se incautaron 1.387 coches de alta gama abandonados. Según datos publicados por Gulf News, 2023 se saldó con 2.053 vehículos confiscados por este motivo. En 2018 se superó esta cifra con 3.577 retiradas de coches de alta gama abandonados a los rigores del desierto.
Además, el ayuntamiento de Dubái ha emitido 6.187 avisos de retirada adicionales para otros coches que ha detectado con claros signos de abandono en parkings, calles o zonas limítrofes al aeropuerto. Paradójicamente, detrás del abandono de estos superdeportivos que cuestan auténticas fortunas, hay problemas económicos.
¿Por qué el ayuntamiento los retira? La Dubai Municipality, autoridad competente en la gestión urbana de la ciudad, tiene establecidos protocolos para la retirada de vehículos abandonados: cuando un coche está estacionado largo tiempo sin matrícula válida, con ruedas desinfladas o visiblemente descuidado, se coloca un aviso al propietario y, si no actúa en el plazo (entre 3 y 15 días), el vehículo es remolcado al depósito. La finalidad es doble.
Por un lado, evitar que esos vehículos se conviertan en foco de residuos, fauna o vandalismo. Pero, por otro lado, las autoridades quieren preservar la imagen de la ciudad como una metrópoli limpia, moderna y ordenada y tener coches en un claro estado de abandono, por mucho que sean Ferrari, Porsche e incluso Bugatti, no da muy buena impresión.
La vivir a todo lujo…aunque sea temporal. Tener una fiscalidad muy laxa y permisiva con el capital ha convertido a Dubái en un lugar muy atractivo para las grandes fortunas y expatriados que buscan dar su particular pelotazo financiero. Eso hace que el país se haya convertido en un imán para trabajadores e inversores extranjeros que fijan temporalmente su residencia en Emiratos Árabes Unidos.
Tal y como contaban en Mojogrip, algunos de estos inversores y nuevos ricos llegan al país con la intención de vivir rápido y a lo grande, pero cuando finaliza su estancia o sus inversiones no surgen como esperaban, vender o exportar un superdeportivo puede resultar inviable. En esos casos, lo más práctico (aunque por ello menos doloroso) es abandonarlos en un descampado a merced del implacable desierto.
El precio del superdeportivo es lo de menos. Comprar un coche de lujo en Dubái es casi el menor de los problemas. En este lugar del mundo, los costes de seguro, mantenimiento, matriculación y condiciones extremas (arena, calor, uso estacional) hacen que el simple hecho de tener un coche en perfecto estado de uso ya salga por un pico.
Cuando esos gastos superan lo previsto, algunos propietarios que comienzan a sufrir problemas económicos abandonan la idea de conservar el vehículo, por lo que no es extraño ver un Lamborghini, un Ferrari o un Bentley acumulando polvo en los aparcamientos de los centros comerciales de la ciudad.
El sueño se convierte en pesadilla. El fenómeno del abandono de coches de lujo en los descampados y aparcamientos de Dubái no es algo nuevo. Pero se ha intensificado cuando se han producido grandes sacudidas financieras: bajadas en los precios del petróleo, caídas en la bolsa o, tal y como viene sucediendo últimamente, la incertidumbre económica provocada por los aranceles que Estados Unidos impone o retira sin motivo aparente.
Cuando se da este escenario, las grandes inversiones fluctúan con mucha intensidad, convirtiendo en millonarios a muchos, pero arruinando a otros. Esos superdeportivos cubiertos de arena del desierto son testimonio silencioso de esas fluctuaciones.
Deudas, préstamos y consecuencias legales. Cuando la situación económica se complica, incurrir en impagos o retrasos está a la orden del día. Sin embargo, en Emiratos Árabes Unidos, incumplir pagos de préstamos o emitir cheques sin fondos puede derivar en sanciones penales graves. Es por eso que, para algunos propietarios de esos supercoches, asumir ese riesgo es más costoso que abandonar el vehículo y salir del país.
¿Y por qué no venden el coche para saldar sus deudas? Ese es un condicionante más para dejarlos atrás. El mercado de compraventa de segunda mano de esos modelos no siempre compensa la inversión inicial: encontrar comprador, obtener la documentación exigida y transferir la titularidad puede resultar complicado, sobre todo cuando las deudas y el tiempo juegan en tu contra. Además, uno de los requisitos para ejecutar la venta es que el coche esté libre de cargas financieras o multas pendientes. Ese escenario facilita que coches de altísimo valor se conviertan en carne de descampado.
Imagen | Xataka (Nano Banana)
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La noticia
Dubái tiene un serio problema con sus millonarios: hay aparcamientos llenos de superdeportivos de lujo abandonados
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Xataka
por
Rubén Andrés
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