Hace tiempo, que la diferencia entre las estaciones de trabajo y los ordenadores de escritorio era notable. Sin embargo, en los últimos tiempos la diferencia se ha ido acortando cada vez más. ¿La situación actual? Las estaciones de trabajo podrían desaparecer en el futuro. Y es que parece ser que AMD ha dejado de fabricar sus Threadripper 3000X. ¿Estamos ante el fin del mercado HEDT?
No hay duda que la tecnología sigue avanzando, el problema viene cuando esta avanza más rápido que los usuarios necesitan. Aunque no todos tenemos los mismos requerimientos, está claro que cualquier nivel de potencia más allá de lo que vamos a usar es tirar el dinero. Es por ello que existen gamas de especificación y de productos. No obstante, se llega al punto en que incluso en los topes de gama se supera lo que requiere el mercado más exigente.
En los últimos años, hemos visto como Intel se ha retirado por completo del mercado de los procesadores para estaciones de trabajo. En cambio, AMD ha continuado con sus Threadripper, cuya versión 5000 se ha lanzado en el mercado. Sin embargo, la mayoría de usuarios potenciales se están moviendo a las gamas de PC de gama alta. ¿El motivo? Simple, los consideran suficientemente buenos en cuanto a rendimiento. Así pues, las nuevas estaciones de trabajo montan un i9-12900K o un Ryzen 9 5950X antes que versiones con más núcleos para estaciones de trabajo.
¿Por qué las estaciones de trabajo podrían desaparecer?
Por parte de Puget Systems hemos podido saber el total de estaciones de trabajo que se han ido vendiendo mes tras mes desde enero de 2022 al presente mes de mayo de 2022. Como se puede ver, AMD ha ido dominando el mercado por ausencia de su rival. Sin embargo, en los dos últimos meses se ha podido ver una bajada en las ventas de este tipo de ordenadores.
¿A que es debido? Bueno, la explicación parece estar en el hecho que AMD ha tardado casi dos años en lanzar una CPU con arquitectura Zen 3 para estaciones de trabajo. Lo que ha hecho que la demanda se mueva hacía los Ryzen 5000 tope de gama. Al mismo tiempo, han dejado de fabricar los Threadripper 3000X basados en Zen 2, con tal de liberar las obleas para chips con más demanda. Aunque Intel también es culpable, si queremos un procesador para una estación de trabajo sencilla, con un solo chip, entonces nos tenemos que conformar con tecnología de 2019.
A esto hemos de añadirle el hecho que requieren componentes como placas base especiales al usar sockets únicos, lo que hace que sean mucho más caras. En general, si tenemos en cuenta el rendimiento respectivo al precio, entonces una estación de trabajo pasa a ser mucho más cara que un PC para gaming de gama alta. Y esto solamente contando el procesador y la placa base y no el resto de componentes. Se espera que la situación cambie con el retorno de Intel con sus Xeon Workstation. Sin embargo, todo apunta a que las estaciones de trabajo podrían desaparecer. Es lo que tiene cuando una empresa tiene un monopolio y lo aprovecha para hinchar los precios más allá de lo necesario.
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