Los lanzamientos de videojuegos muchas veces vienen acompañados de una gran cantidad de cambios que los desarrolladores hacen para mejorar la experiencia de los usuarios. En muchos casos encontramos que, si probamos un título durante una beta o un early access, el producto final puede haber sido modificado en gran medida. Pero hay un tipo de parche que se centra principalmente en optimizar el rendimiento, los del día uno.
Uno de los aspectos más importantes que definen a un juego está en el soporte y apoyo que le dan los desarrolladores. En muchos títulos vemos cómo un parche puede cambiar por completo algunos aspectos básicos del juego, mientras que en otros tan solo ofrecen una serie de corrección de errores. Incluso cuando no se trata de un juego como servicio, las compañías suelen mantener durante varios años las actualizaciones de contenido. Esto puede parecer extraño en un principio si hablamos de juegos que no tienen rejugabilidad, pero demuestra la capacidad que tiene la compañía para mejorar la experiencia de los usuarios.
Cyberpunk 2077 es uno de los ejemplos de cómo un parche del día 1 puede solucionar diversos problemas, pero son las actualizaciones las que logran mejorar el juego. Foto: CD Projekt RED.
Aun así existe un tipo de parche que siempre causa debates cuando se aplica en un juego, el del día 1.
Para qué sirven los parches del día 1 en juegos
Como bien hemos comentado al principio los parches que se aplican sobre los distintos videojuegos del mercado tienen como objetivo solucionar fallos como son bugs o glitches mientras que las actualizaciones periódicas son las que añaden contenido. La diferencia que encontramos entre los parches normal y los del día uno está en la magnitud de cada uno. Mientras que las correcciones de errores habituales se centran en detalles que muchas veces afectan solo a un número de usuarios, los del día 1 corrigen grandes fallos como son los problemas de optimización generalizados, bugs que rompen por completo el juego o incluso problemas que impiden iniciarlo.
¿Serían necesarios si los juegos se optimizasen bien desde el principio?
Conociendo ya el motivo por el que existen este tipo de parches, es normal que la mayoría de los usuarios se pregunten qué aportan realmente ya que lo normal sería poder jugar a un título que has comprado o descargado desde el primer día sin ningún tipo de problema, este es un debate que está presente con cada lanzamiento dentro de la industria. Los parches del día 1 realmente no se desarrollan y se aplican en el mismo día, sino que llevan un tiempo de trabajo aproximado de 2 a 4 semanas, es decir, en muchos títulos la «build» que llega a los jugadores cuando se lanza no es la última versión.
Borderlands 4 se retrasó en Switch 2 debido a los problemas de rendimiento que tiene en otras plataformas. Fuente: Nintendo / Gearbox.
Las compañías utilizan este tiempo para pulir los lanzamientos, y el motivo por el que se ha convertido en una práctica habitual tiene que ver con la forma en la que se distribuyen los juegos. En los títulos indie muchas veces encontramos con que los desarrolladores pueden lanzar su producto sin ningún tipo de restricción, si necesitan más tiempo para sacarlo al mercado no hay ningún problema. Pero con los juegos que tienen una editora detrás, el tiempo resulta extremadamente importante por lo que los desarrolladores deben enviar el producto para que esta comience a fabricar todo lo relacionado con el lanzamiento físico y a gestionar la distribución digital.
Esto implica que, incluso si un juego está perfectamente optimizado desde un principio, los parches de este tipo seguirían existiendo ya que dos semanas es tiempo más que suficiente para descubrir algún que otro error que pueda afectar a la jugabilidad de un título.